Condenado por violencia de género tendrá custodia policial personalizada

El joven cometió los delitos de lesiones leves agravadas por el vínculo, amenazas, resistencia a la autoridad y agresión con toda arma, todo ello en concurso real.

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Violencia de género

La jueza de Garantías 1, Ada Zunino, condenó a Ricardo Miguel Lamas a la pena de un año y cuatro meses de prisión de ejecución condicional, es decir, no irá a prisión para ello deberá cumplir una serie de requisitos.

Durante dos años tendrá la obligación de someterse al cuidado del Patronato de Presos y Liberados. Además deberá fijar domicilio y comunicar cualquier cambio. No podrá consumir bebidas alcohólicas ni sustancias estupefacientes. Tendrá prohibido acercarse a la víctima y a su hijo. Tampoco podrá ejercer cualquier tipo de acto de violencia física o psicológica en su contra.

También se le impuso la obligación de realizar un tratamiento médico o psicológico a fin de posibilitar su rehabilitación respecto al consumo problemático de sustancias estupefacientes previo informe que acredite su necesidad y eficacia. Tendrá la obligación de realizar un tratamiento en el Programa de Agresores del Ministerio Público Fiscal.

Por último, no podrá cometer nuevo hecho que sea considerado delito. Finalizada la audiencia, recuperó su libertad.

En caso de incumplir alguna de estas reglas podría dejarse sin efecto la modalidad condicional de la pena que se le impuso.

En el fallo se ordenó también su inscripción en el Banco de Datos Genéticos correspondiente. Finalmente se implantó una custodia extensiva personalizada en la persona del acusado.

Fue denunciado por su pareja, el 7 de noviembre pasado. La mujer contó que él llegó al domicilio en estado de ebriedad y bajo los efectos de sustancias estupefacientes, y comenzó a molestarla. Ella le pidió que se retire del hogar, por lo que él se enojó, agarró al bebé de ambos que se encontraba en un cochecito y salió a la calle. Agregó que mientras se iba dejó caer al niño, y lo volvió a levantar para llevárselo.

Ella llamó a la policía, y cuando él regresó al domicilio, ya sin su hijo, comenzó a pegarle y a amenazarla. Al llegar personal policial, la acompañaron a buscar al niño en la casa de una tía, y cuando estaban en el lugar él se hizo presente a bordo de una motocicleta con claras intenciones de atropellarla, pero fue reducido por la policía tras un forcejeo.

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